Despiértate a las 5:00 a.m., agradece tres cosas en tu journaling, bebe agua tibia con limón, corre 10 km, haz pesas, medita 20 minutos, lee un capítulo de un libro inspirador, prepara un desayuno healthy con avena y proteína, trabaja en tu side hustle millonario… y, después de todo eso, empieza tu jornada laboral.
Ah, ¿qué hoy no lo hiciste? Entonces es que no estás invirtiendo en tu desarrollo personal. Fakin luser.
Y yo me pregunto 🤔: ¿qué tipo de persona, a la que nos gustaría parecernos, hace esas cosas de manera consistente y sin romperse? Con la agotación propia de final de septiembre, esta semana se viene lista de verdades obvias e incómodas: El desarrollo personal no es un checklist perfecto. Y mucho menos un ritual diseñado para robots con batería infinita.