Octubre: el mes en el que te comes la primera sopa caliente de la temporada (¿eres team cementosopa o lagosopa?), empiezas a buscar la bufanda olvidada en el cajón y, de paso, ves cómo tu cara empieza a parecer más un personaje de Tim Burton que de un anuncio de colonia.
Y es que el otoño no solo trae hojas secas y pumpkin spice latte… también llegan los cambios de temperatura, el aire seco, el frío mañanero y los primeros sustos cutáneos: tirantez, piel de zombie, labios que parecen papel de lija y hasta esos molestos granitos que aparecen justo cuando tienes plan de cita.
Así que sí: si hay un mes para hablar de miedos (Halloween style 👻) y de cómo cuidarse la cara en otoño, es este.